Miedo a emprender?
Yo trabajé por más o menos 20 años en diferentes compañías multinacionales del sector eléctrico en Colombia. Aunque siempre había querido independizarme, tenia miedo a emprender. Había tenido en mi mente el hecho de constituir mi propia compañía, de ser mi propio jefe, de manejar mi propio tiempo, de tener esas libertades que todos deseamos.
En la medida en que uno va creciendo en las organizaciones y le va bien hay muchos momentos felices. Sin embargo también empiezan a llegar momentos en los que comienzas a reflexionar y piensas que ya es el momento.
Generalmente existe el miedo a emprender, la dificultad de tomar la decisión de decir “me voy a independizar, voy a montar mi propia compañía, voy a ofrecer mis propios servicios”. Yo soy una persona casada, tengo dos hijos. Para aquel momento cuando tomé la decisión de independizarme mi hijo mayor tenía 11 años y el menor 8 años.
Para mí era una decisión difícil de tomar porque, seguramente como muchos de ustedes, la responsabilidad de ver por dos hijos que están creciendo, que van al colegio, que generan muchos gastos.
Aparece el miedo a que los clientes y las ventas se demoren en llegar, o que no te paguen y no tengas cómo mantener a tu familia. Así comienzan a aparecer ese montón de dudas. Me preguntaba si realmente era capaz de sacar una compañía adelante. Si lograría independizarme. Terminaba posponiendo esa decisión porque el miedo a emprender no me dejaba.
Aparecen las razones que ayudan en la decisión
Al momento de tomar la decisión de emprender normalmente nos pasa a todos que nos paralizamos porque no tenemos un futuro asegurado. Cuando somos empleados estamos tranquilos porque recibimos un sueldo mensual y tenemos esa seguridad. Mientras que cuando uno es independiente ya no tiene esa seguridad. Tú eres quien debe generar tu propio sueldo.
Yo vivía en una casa a las afueras de la ciudad, como a unos 15 kilómetros. Todos los días me levantaba muy temprano. Tenía que conducir esos 15 kilómetros, dejaba a mis hijos en el colegio y después tenía que atravesar toda la ciudad, de sur a norte, para llegar a mi sitio de trabajo. Eso obviamente era muy complicado en esas horas donde hay mucho tráfico porque normalmente a esas horas todo el mundo está haciendo lo mismo.
Habían muchos carros, tráfico, gente, muchos pitos, y llegaba muy estresado. Muchas veces incluso llegaba tarde. Cuando uno llega tarde el jefe siempre te mira un poco raro. De alguna forma nos sentimos culpables por la responsabilidad pero a la vez se siente mal porque uno en las empresas lo entrega todo, y sin embargo lo miran mal porque uno llegó 5 o 10 minutos tarde.
Al borde de un ataque de nervios
Todos los días el mismo trajín. Levantarme temprano, dejar a los niños en el colegio. Ellos en su momento eran pequeños, entonces les gustaba jugar a esa hora y hacer bromas y eso nos hacía retrasarnos. Peleaba con ellos y llegábamos al colegio peleando.
Después entrar al tráfico, atravesar la ciudad, llegar tarde, el jefe me miraba mal. Me preguntaba por qué estaba llegando tarde, y yo todos los días me preguntaba por qué tenía que estar en esa situación. Cuando iba conduciendo por esa vía me preguntaba a mí mismo por qué tenía que estar metido en ese tráfico a esa hora, peleando con el tráfico, peleando con mis hijos, para cumplirle los sueños a otra persona. Eso no tenía sentido para mí.
Todos los días yo me cuestionaba al respecto. A veces escuchaba en el carro diferentes audio libros. Comencé a llenar mi cabeza de información muy valiosa.
Uno de esos audio libros era de un autor que para mí ha sido muy importante por lo que en ese momento significó. Se llama César Lozano. Iba en el carro escuchando este audio libro de César Lozano cuando él dice: Seguramente usted es uno de esos muchos que en este momento van en el carro, metidos en el tráfico, peleando con el tráfico, tratando de llegar a una empresa para luchar por los sueños de otros”.
Eso a mí me marcó porque me sentí identificado y fue cuando decidí que debía hacer algo con mi vida porque no podía continuar así, que debía dejar el miedo a emprender.
La gota que derramó la copa
Un día, dentro de esa rutina nos levantamos. Salimos tarde, los niños tratando de jugar, tomando tiempo extra. Llegamos tarde al colegio y yo llegué enojado. Me peleé con mi hijo porque me iba a retrasar a mí. Yo ya iba estresado. Mi hijo terminó llorando porque lo regañé. Entonces lo dejé en el colegio y me fui en el carro sintiéndome super mal de haber peleado con mi hijo y de haberlo hecho llorar a las 6 de la mañana.
Seguía pensando que eso definitivamente no tenía ningún sentido. Fue ese día cuando tomé la decisión de despedir a mi jefe, de tomar las riendas de mi vida, de emprender.
No significa que ese día renuncié de manera irresponsable, no. Lo que significa es que ese día yo tomé la decisión de que no continuaría así, decidí que me iría de la empresa y dejaría de ser un empleado para tomar las riendas de mi vida.
Empecé a hacer un plan para independizarme en lo que yo conozco. Algo que tú puedes hacer es tomar lo que conoces, tu pasión y conviértelo en ingresos. Eso es lo que uno debe hacer. Hice un plan basado en mi experiencia, en la experiencia que había obtenido en estas compañías y contacté a algunas personas. Empecé a hacer algunas gestiones, hice un plan y llegó el día en que decidí renunciar.
Hora de renunciar
Ese día hablé con mi jefe y le dije que me iba porque quería tomar el control de mi vida. Que quería ser independiente. Quería emprender. Le dije que, así como él algún día él tomó la decisión de montar su propia empresa que es muy exitosa y que lo admiraba además porque admiro a los empresarios, entonces yo quería tomar ese chance de iniciar mi propia empresa.
Han pasado ya varios años desde ese momento. Han habido dificultades, no todo es color de rosa. Hubo momentos difíciles, momentos en los que casi me arrepiento del camino que tomé porque no llegaban suficientes clientes. Me debían dinero, yo debía dinero. Pero siempre entendía que no me podía devolver a estar metido en el tráfico peleando con mis hijos.
El mensaje aquí es que tomes tú la decisión, despide a tu jefe, toma el control de tu vida. Anímate y deja el miedo a emprender. ¿Miedos? Habrá muchos, pero básate en información, lee libros, escucha audio libros, ve a conferencias, a cursos, empieza a llenar tu cabeza con información positiva.
Empieza a alimentarte para que se te vayan esos miedos. Haz un plan responsable, no vayas a renunciar sin analizar bien. No vayas a renunciar de un día para otro, a dejar todo tirado, no. Haz un plan responsable por ti, por tu familia. Para que te salga bien planifica bien esa salida, pero despide a tu jefe.
Toma la decisión, ve por tus sueños, ve por tus pasiones, ve por los sueños de tu familia, no construyas los sueños de otras personas, ve por los tuyos.
Hora de emprender
Transforma tu mente, erradica el miedo a emprender y verás que el camino que vas a recorrer lo vas a disfrutar mucho. Van a haber dificultades sí. Pero es un camino que vas a disfrutar y en la medida en que empieces a ver los frutos vas a sentir la alegría de ser independiente. De estar con tu familia en los momentos que ellos quieren estar. De poder acompañarlos a eventos especiales, de manejar tu tiempo. De no tener que explicarle a nadie si llegaste temprano o tarde. De manejar tus propios ingresos, de hacer lo que quiero en tu vida.
Esto no significa que no hagas nada. Significa que hagas lo que tu quieres. Decide el futuro para tí y para tu familia. Tienes que emprender!. Ve detrás de tus sueños. No vayas detrás de los sueños de otro. Tú puedes hacerlo. Hazlo, no tengas miedo, despide a tu jefe. Es hora de emprender.
Síguenos en nuestra página oficial de Facebook: www.facebook.com/transformandotumente
Ya estas en la comunidad de WhatsApp?? Escribanos ahora mismo +57-305-380-1565